Muchas personas se ofenden cuando se les habla con sinceridad o se les dice la verdad y lo toman como ofensa ¿dónde se pasa la línea de la sinceridad y se convierte en agresión? ¿Hasta qué punto debemos ser sinceros?
Decirle a alguien “eres un mentiroso” puede ser ofensivo. ¿Tenemos entonces que fingir que creemos en las mentiras de esa persona?, ¿eso es mentir también?, hacemos entonces un esfuerzo por buscar las palabras más adecuadas para expresar que no creemos en alguien, utilizamos frases como “dudo que seas sincero”, esto no es tan agresivo como la primera frase y aun así expresa nuestro sentir, si la persona con la que estamos hablando se ofende, entonces ya no es un problema generado por nosotros.
Evitamos hablar con sinceridad por miedo a ofender a las personas, pero llega un momento en donde la verdad aflora y entonces no elegimos bien las palabras y terminamos entonces ofendiendo a los que nos rodean, aunque expresemos la verdad, lo hacemos de manera poco adecuada.
La sinceridad entendida como decir todo lo que piensa uno sin filtro, en realidad no es habilidoso, no es positivo. Lo habilidoso es ser asertivo, es decir, expresar lo que uno piensa pero teniendo en cuenta los sentimientos del otro.
Algunas personas dicen lo que sienten sin filtros, sin tener en cuenta los sentimientos de la otra persona y eso no es bueno para nadie. Esto puede conllevar que dañemos a la otra persona, que lo que le digamos no sea constructivo sino ofensivo y por tanto no sea beneficio para nadie.
Es sumamente importante expresar nuestra verdad a tiempo y a las personas adecuadas, si nos molesta el comportamiento de alguien, no se gana nada comentándolo con otro, tenemos que encarar a la persona con la que tenemos el conflicto, si expresamos la verdad en el momento, tendremos la tranquilidad para elegir las palabras correctas y entonces las probabilidades de ser escuchados aumentan y las de ofender a alguien disminuyen, si no expresamos lo que sentimos al momento, lo haremos tarde o temprano cuando la presión exceda nuestra tolerancia y no será de una buena manera por lo que no seremos escuchados y es probable que ofenderemos a las persona con la que hablamos.
La clave para que la sinceridad no se convierta en grosería es: ser sincero todo el tiempo y elegir las palabras adecuadas para expresar lo que pensamos, con esto seremos congruentes la mayor parte del tiempo y obtendremos los beneficios que esto conlleva.
¿Tiene dificultades por ser sincero? Podemos ayudarle, haga una cita hoy mismo enviando un correo a la cuenta: direccion@psicoterapiamp.com o envíe un mensaje al número (811) 5165494