El perfil del ejecutivo en la actualidad tiene características particulares, son personas con alto nivel académico, tienen muy altas responsabilidades, su nivel social es alto, tienen siempre cierto optimismo en las organizaciones, tienen grandes aspiraciones económicas dentro de las organizaciones y eso los hace tener una gran incertidumbre sobre su futuro, tienen que tener una alta disponibilidad, casi como si fueran médicos. Constantemente les llaman por teléfono, tienen que trabajar en diferentes países y esto hace que estén permanentemente conectados, es común que no respeten sus horarios de dormir, de sus comidas, se altean mucho este tipo de cosas por los viajes, cambiando a veces los horarios de un país a otro y algunos viven todos los días de la semana fuera de su casa y regresan a su hogar solamente el fin de semana, lo cual, hace conflictiva la vida familiar que provoca un alto índice de conflictos y de divorcios.
Esta inestabilidad que sufren los altos ejecutivos a nivel laboral también se ve afectada por las crisis en los mercados, incluso las amenazas constantes de despido les empieza a provocar una cantidad importante de ansiedad y en ellos además son importantes muchas cosas que para otros no lo son, como la apariencia física, la presencia social, la vestimenta; esto los somete a una enorme presión por mantener el estatus y parecer muy importantes. Tienen mucho miedo a los fines de semana porque están pensando que el lunes tienen que regresar a su trabajo, hay una anticipación de su trabajo, similar a los niños cuando van a la escuela, existe siempre esa competencia laboral muy fuerte donde existe alguien que quiere su puesto o ellos mismos tienen interés en otro estilo de vida, todo lo anterior los expone a una alta cuota de estrés.
¿Es bueno o es malo esa condición de estrés? La angustia existencial es creada por la misma situación de nuestra vida, de tener que superar enfermedades, la crianza, el crecimiento propio, etcétera y es anormal cuando se nos sale de control.
¿Qué es el estrés? Es una reacción psicológica y fisiológica ante las demandas del ambiente que en algún momento ya no podemos controlar, nos sobrepasan y entonces, tenemos una incompetencia para que nuestra capacidad de lucha pueda tenerlo bajo control, en esas condiciones decimos que la persona esta con estrés. Los estresores pueden ser agudos, es decir, que un solo evento nos provoque estrés, por ejemplo en una conferencia o si alguien tiene que atender un cierto negocio, o también puede ser estrés crónico por ejemplo que permanentemente exista una presión laboral con el jefe o la actividad propia que nos lleva de un sitio a otro, los aviones, etcétera; a eso llamamos estresores, son situaciones que disparan ese tipo de ansiedad y, a veces, no tenemos control sobre ellas, los síntomas del estrés son generalmente físicos y psicológicos y alteran también el pensamiento y la actividad social, no solo de los hombres si no muchas mujeres que hoy en día son ejecutivas y tienen que compartir este tipo actividad.
Los síntomas del estrés son dificultades para respirar, tensión muscular, mareos, colitis, gastritis, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, fatiga, no disfrutar el fin de semana sus momentos de ocio, pérdida del apetito, dificultad para dormir o dormir de manera fraccionada, tendencia a los accidentes y, desgraciadamente, cada vez es más común, el uso de drogas, alcohol o tabaco para poder controlar la ansiedad. Tienen tendencia a los excesos como en las comidas, bebidas. Dentro de los síntomas emocionales vemos gente cansada que no quiere conversar, irritabilidad, enojado consigo mismo, aislamiento, depresión, no pueden pensar correctamente, están tensos con actitud negativa. Manifiestan una anticipación ansiosa a su próximo viaje, su próxima junta, su próxima presentación a otro grupo de ejecutivos que van a criticarlo, dificultades de memoria, en resumen se encuentran en un estado de ansiedad permanente.
También presentan síntomas sociales como que algunos se aíslan totalmente de la gente, no quieren ver a otros, evitan el contacto con otros y frecuentemente están irritables.
Otras consecuencias del estrés es que entre los trabajadores baja enormemente la eficiencia en el trabajo y la salud de estas personas. Cuando la persona no tiene control de la situación, las cosas se le desbordan es en ese momento que el estrés empieza a provocar ansiedad extraordinaria y empieza a alterar el cuerpo con situaciones como las enfermedades cardiacas.
¿El estrés es diferente en las mujeres? Por supuesto que no, en un estudio realizado se encontró que en 61 mujeres y 93 hombres con un promedio de edad de 63 años tenían un problema o malestar cardíaco, tenían una angina inestable, no precisamente un infarto, que en esta población el riesgo es de más de un 30% tanto en hombres como en mujeres. En resumen, no hay diferencia significativa entre el estrés y las condiciones cardíacas tanto en hombres como en mujeres.
Los problemas coronarios son muy comunes en este tipo de personas, por la misma condición de no dormir bien, comer mal, exceso de alcohol y por supuesto una enorme presencia de estrés. En un estudio de 21 pacientes, 14 hombres y 7 mujeres, tenían también una historia documentada de angina de pecho que de continuar con la presencia de estrés las probabilidades de tener un problema de infarto con muy altas.
El insomnio es otro factor importante; las personas que tienen insomnio empiezan a tener altos niveles de cortisol por lo que la persona va a tener mayor pulsación cardíaca por consecuencia un aumento en su metabolismo, mayor temperatura corporal, etcétera. Su sistema inmunológico empezará a ser vulnerable a muchas enfermedades. Esta prolongada dificultad para dormir, en la que la persona se acuesta y no se puede quedar dormida se llama “latencia del sueño”. Es muy común porque la gente se lleva los problemas a la cama y eso empieza a provocar una falta de eficiencia en su trabajo y los vuelve mucho más vulnerables a padecer depresión y, por supuesto, problemas cardiológicos.
El concepto burnout que en español conocemos como “el síndrome del quemado”, es un estado físico y emocional, cuando el sujeto ya se cansa, se fastidia y está al borde de tener una crisis nerviosa y ya no puede más continuar con un estilo de vida de este tipo. El estrés hace que la persona pierda la esperanza, la ilusión. Él mismo se dice: “he trabajado y no termino de sacar adelante este tipo de compromiso”, ven las barreras importantes que hay en su futuro. Es algo parecido a los cuidadores de personas con Alzheimer, que trabajan todo el día y no ven resultados, que la persona sigue perdiendo su memoria y el deterioro es permanente, entonces, de igual manera los ejecutivos se encuentran en graves dificultades donde llegan a un punto donde ella no pueden seguir avanzando en la pirámide empresarial y caen en depresión.
Existen muchas maneras de manejar el estrés. Pruebe algunas de las siguientes para averiguar cuáles funcionan mejor para usted.
- Reconozca las cosas que no puede cambiar. Aceptar que no puede cambiar ciertas cosas le permite dejarlas ir y no alterarse. Por ejemplo, no puede cambiar el hecho de que debe conducir durante la hora pico. Pero puede buscar maneras de relajarse en el trayecto, como escuchar un podcast o un audiolibro.
- Evite las situaciones estresantes. Siempre que le sea posible, aléjese de la fuente del estrés. Por ejemplo, si su familia discute en los días festivos, dese un descanso y salga a caminar o a dar una vuelta en el auto.
- Haga ejercicio. Realizar actividades físicas todos los días es la mejor y más fácil manera de lidiar con el estrés. Al hacer ejercicio, su cerebro libera químicos que lo hacen sentir bien. También puede ayudarle con su energía reprimida o su frustración.
- Cambie su perspectiva. Intente desarrollar una actitud más positiva ante los desafíos. Puede hacerlo reemplazando los pensamientos negativos con pensamientos más positivos. Por ejemplo, en lugar de pensar, «¿por qué siempre todo sale mal?», cambie esa idea por, «puedo encontrar una manera de superar esto». Puede parecer difícil o tonto en un principio, pero podría descubrir que esto le ayuda a dar un giro a su perspectiva.
- Haga algo que disfrute. Cuando el estrés lo tenga decaído, haga algo que disfrute para ayudar a ponerlo de pie de nuevo. Puede ser algo tan simple como leer un buen libro, escuchar música, ver su película favorita o salir a cenar con un amigo. O comience un nuevo pasatiempo o clase. Sin importar lo que elija, intente hacer al menos una cosa al día que sea solo para usted.
- Aprenda nuevas maneras para relajarse. La práctica de técnicas de relajación es una gran manera de lidiar con el estrés del día a día. Las técnicas de relajación le ayudan a disminuir el ritmo cardíaco y reducir la presión sanguínea. Existen muchos tipos, desde respiraciones profundas y meditación hasta yoga y taichí. Tome una clase o intente aprender de libros, videos o recursos en línea.
- Conéctese con sus seres queridos. No deje que el estrés se interponga entre usted y su vida social. Pasar tiempo con familiares y amigos puede ayudarle a sentirse mejor y olvidarse del estrés. Confiar sus problemas a un amigo también puede ayudarle a resolverlos.
- Duerma lo suficiente. Descansar suficientemente durante la noche puede ayudarle a pensar con más claridad y a tener más energía. Esto hará que sea más fácil manejar cualquier problema que pueda surgir. Intente dormir entre 7 y 9 horas todas las noches.
- Mantenga una dieta saludable. Comer alimentos saludables ayuda a darle energía a su cuerpo y su mente. Evite los refrigerios con altos contenidos de azúcar y consuma muchas verduras, frutas, granos integrales, lácteos reducidos o libres de grasas y proteínas magras.
- Aprenda a decir que no. Si su estrés viene de realizar demasiadas tareas en casa o en el trabajo, aprenda a establecer límites. Pida ayuda a los demás cuando la necesite.
¿Necesita ayuda? Envíe un correo a la cuenta direccion@psicoterapiamp.com o envíe un mensaje al número: (811) 5165494.