Un estudio encontró que la falta de empatía hacia los seres queridos se relaciona con la falta de amor propio. A veces hacemos daño a quien apreciamos, a pesar de que el cerebro humano está programado para empatizar con las personas queridas
Una de las situaciones humanas que debemos tomar con mucha calma, es la de la convivencia con las personas que amamos.
Puede parecer que relacionarnos con nuestra familia es lo más simple del mundo, pero la realidad es que no siempre es tan fácil. Herir a nuestros seres amados es casi inevitable; y en muchas ocasiones, eso pasa sin darnos cuenta.
Lo que ocurre es que el afecto que llegamos a sentir por lo demás, nos hace más susceptibles. Pero es imposible vivir lejos de las demás personas.
¿Un intento de protegernos?
Según los expertos, lastimar a las personas que amamos ocurre como un fenómeno que busca separar o sacar al otro de esa unión mental evolutiva; todo como una respuesta inconsciente de autoprotección de la identidad.
Es imposible pasar por la vida sin dañar a las personas que amamos. Es posible que tengamos que hacer esto por su propio bien, por ejemplo, cuando necesitamos ser firmes con un niño que creemos que está involucrado en comportamientos destructivos. Podemos infligir dolor a otra persona cuando necesitamos hacer lo que es correcto para nosotros, como dejar una relación.
La mayoría de nosotros nos sentimos mal por infligir daño y podríamos quedarnos en situaciones demasiado tiempo por temor a lastimar a nuestros seres queridos. Pero algunas personas pasan por la vida causando mucho daño a otras personas, incluidas sus parejas románticas e incluso a sus propios hijos. Pueden caer bajo la etiqueta de tipos de personalidad narcisistas o limítrofes. Pero dejando las etiquetas a un lado por un momento, ¿por qué la gente lastima repetidamente a otras personas de esta manera?
1. Baja empatía.
Algunas personas tienen poca empatía por los demás. Tienen dificultades para «caminar en los zapatos de otra persona» y no pueden ver las perspectivas de otras personas. En realidad, no son conscientes del daño que causan a otras personas y no saben que es imprudente no darle seguimiento a una llamada con respecto a un familiar enfermo o que ser inestable cuando se trata de reunirse causa un dolor profundo. Es posible que las cosas que te lastiman no lastimen a la otra persona y que tengan dificultades para identificarse con experiencias alternativas.
Cuando estás en el extremo receptor de esto con alguien cercano, puede ser increíblemente frustrante. ¿Las buenas noticias? Si realmente se reduce a una falta de comprensión en lugar de malicia, y tu pareja está dispuesta a cambiar, pueden trabajar en formas de mejorar la comunicación y establecer reglas básicas para lo que es y lo que no es un comportamiento aceptable de su parte.
2. Autodesprecio.
Cuando las personas no se agradan a sí mismas, no importa qué tan buena fachada pongan, es probable que proyecten esta aversión hacia los demás. En particular, si este desprecio por sí mismos se debe a un comportamiento abusivo que han experimentado en el pasado, se involucrarán en comportamientos hirientes hacia las personas que aman, replicando sus propias experiencias vividas. Pueden estar impulsados por el deseo de lastimar a otros de la misma manera que ellas han sido lastimadas, de derribar y causar dolor de la misma manera que lo han experimentado.
Si estás con alguien que se ve impulsado a causar daño debido a su desagrado hacia sí mismo, y quieres quedarte con él, debes asegurarte de que busque ayuda para sus problemas. Si no recibe esta ayuda, seguirá repitiendo los mismos patrones.
3. Baja autoestima.
Cuando las personas se valoran poco a sí mismas, que es esencialmente lo que es la baja autoestima, es posible que no se den cuenta de lo hirientes que son sus acciones para otras personas. Supongamos que es tu turno de recibir a tu madre en Navidad y es importante para ti y tu familia hacerlo. Sin embargo, tu madre no se valora a sí misma y no sabe lo importante que es, por lo que hace arreglos para visitar a tu hermana por tercera vez consecutiva. La baja autoestima de tu madre significa que tiene una perspectiva muy diferente a la tuya sobre lo importante que es su presencia y te causa un profundo dolor en el proceso.
Si sospechas que tu ser querido no se valora mucho a sí mismo, al menos puedes demostrarle lo importante que es para ti. No asumas que lo sabe.
4. Tienen un plan propio.
A menudo, las personas lastiman a otros sin querer, pero a veces, las personas se proponen deliberadamente lastimar a otros. Si tu pareja te menosprecia frente a los demás, es posible que se sienta superior. Si te critica, insulta o menosprecia tus logros, es posible que sienta que tiene poder dentro de la relación. Es posible que quiera que estés en una posición debilitada para convertirse en la persona dominante dentro de la relación y crear un desequilibrio de poder que esté a su favor. Hacer daño a otros puede ser parte de una estrategia para debilitarlos.
Si te das cuenta de que tu pareja está participando en este tipo de comportamientos, es importante plantear estos problemas con tu pareja y pedirle que busque ayuda. También debes buscar ayuda para ti y es posible que debas considerar dejar la relación.
5. Disfrutan infligir dolor a los demás.
Algunas personas disfrutan el proceso de lastimar a otras personas. Una vez más, esto suele deberse a una infancia profundamente perturbada y potencialmente abusiva. Es posible que estén actuando cosas que han sucedido en su propia vida, esta vez con ellas como abusador, y pueden experimentar una emoción al lastimar. Infligir dolor puede ser una distracción de su propio dolor, una forma de «desquitarse» por las cosas que les han sucedido y una forma de sentir algo profundamente de una manera que tenga sentido para ellos, dadas sus experiencias pasadas. Atado a ganar el control y debilitar, infligir daño puede parecer una experiencia embriagadora.
Como se indicó anteriormente, si tienes una relación con alguien así, tu pareja necesita ayuda y debes considerar irte.
6. Te atrajeron porque pueden lastimarte fácilmente
Esta píldora puede ser difícil de tragar, pero no elegimos a las personas por accidente. Inconscientemente, elegimos personas que encajan con nuestra comprensión inconsciente de su mundo, y si tu pareja es alguien que inflige daño a otras personas por todas las razones anteriores, es posible que te haya elegido porque te percibe como alguien que responderá adecuadamente a su comportamiento. Así como tu pareja puede atraer repetidamente a personas a las que puede herir, es posible que tú sientas atracción por las relaciones en las que puedes sentirte herido. Si creciste con un padre que abusó de ti, ya sea emocional o físicamente, es posible que te sientas atraído por una pareja que actúa de la misma manera.
Alguien solo puede hacerte daño si estás preparado para desempeñar ese papel. Si tienes un historial de relaciones en las que alguien te lastima intencionalmente, debes buscar ayuda para tus propios problemas.
Nadie merece tener una relación con alguien que te lastime. Si las acciones de la otra persona provienen de un lugar de baja empatía o baja autoestima, es posible que puedas trabajar con ella, siempre que acepte la responsabilidad de sus acciones y esté dispuesta a cambiar. Trabajar con alguien que disfruta infligiendo dolor y que te lastima como un medio para ganar el control puede ser sumamente desafiante y debes asegurarte de recibir la ayuda y el apoyo que necesitas para tomar decisiones sobre si permanecer en este tipo de relación.
¿Se puede evitar dañar a tus seres queridos?
Por supuesto que si. Es difícil pero no imposible, solo debes tener puesta tu atención en la manera cómo te relacionas a diario con los tuyos.
Acá te explico cómo puedes evitarlo
1 No caigas en ignorar al otro
Esta es una actitud que muchas madres suelen usar con sus hijos para castigarles por alguna travesura. La verdad es que si las personas supieran el daño que hacen a sus hijos o a la persona que se la apliquen; seguro que no la verían como una buena técnica para corregir comportamientos indeseados.
Si alguien que amas hace algo que te desagrada es tan simple cómo hablar en el momento mismo de lo sucedido. Eso si, de manera calmada
2 No hables mal de los demás
Puede ocurrir también que es tal tu molestia por algo que un hermano ha hecho que, con el ánimo de sacar la frustración, hablan mal de su familiar con alguien “de confianza”. Es un error, porque si le amas ¿Por qué esa necesidad de hablar mal del otro?
De nuevo, si algo te molesta, habla de manera prudente y sinceramente con tu familiar. Entre más rápido lo hagas, más pronto las cosas se van a aclarar entre los dos.
3 Aléjate de los malos comentarios
Esto es esencial. Evita todo lo que puedas prestarte a los chismes, y si es entre familia pues mucho mejor. La única manera de evitar verte metida en problemas de “tú dijiste o no”, es no prestar cara; así simple y sencillo.
4 Cuida cómo expresas lo que no te agrada
Es importante que hagas uso de toda la prudencia de la que puedas ser dueño. Soltar lo primero que pasa por tu cabeza puede herir para siempre a la persona que se lo digas.
¿Te ha molestado algo? Piensa bien la mejor manera de expresar cómo te sientes, respira y exprésalo. Si las cosas no salen como esperas, solo calla y dale a la otra persona el tiempo y oportunidad para reflexionar. Tú sabrás que te has comportado de la mejor manera.
5 Jamás hables llevado por la ira
Para algunas persona conservar la calma no es su mejor cualidad, pero controlarse siempre es posible. En momentos de exaltación con un familiar solo calla (aunque te cueste mucho) respira, aléjate hasta que te calmes y cuando ya lo hayas logrado, habla sobre el problema con tu ser querido.
6 La vieja regla: “Trata a los demás como quieres ser tratado”
No hay mucho que explicar: si no te gusta que te ignoren, no ignores, si te gusta que sean amables, sé amable, y así sucesivamente. Cuando tratas a los demás de la manera como te gusta ser tratado, la reacción en la otra persona es positiva; obviamente la respuesta a esperar es similar al trato que has dado.
7 No supongas
Cuando te lanzas a suponer, lo que haces es sufrir en vano. Si no quieres sufrir, ¡no lo hagas!. Quedaste de ir a almorzar con tu mamá pero ella te llamó y canceló la cita; pues antes de armar un problema porque te has imaginado que no fue porque prefirió salir con tu hermana, mejor llama y pregunta qué le ha pasado.
Si preguntas la razón por la cual te han quedado mal, no te llamaron, te pareció que te miraron feo, de seguro que tendrás una respuesta; que si es honesta o no, bueno eso ya es otro asunto, pero hazte un favor y no imagines cosas que quizás no pasaron y solo tuvieron existencia en tu imaginación.
8 Reconoce tus fallas y acepta tu responsabilidad
Pedir perdón es de personas humildes. Además que siempre que cometemos un error, somos conscientes de ello; así que no hay razón para darle largas a un “discúlpame, sé que te he lastimado”. Desde luego que te puedes evitar el hecho de pedir disculpas si actúas de manera consciente, no te dejas llevar por la ira, no te inmiscuyes en chismes, evitas hablar mal de los demás y eres siempre honesta y vas de frente aunque la situación sea compleja.
9 No des tu opinión si no te la han pedido
Las opiniones son como los consejos: no los des si no los han pedido, porque pueden haber personas que no se lo van a tomar a bien y vas a salir como una persona que “se mete de más en donde no ha sido invitada.
Si de repente estás en una reunión y te piden una opinión respecto a algo que le paso a tu hermana, cuida muy bien las palabras que vas a decir. Pueda que tengas mucha confianza, pero no sabes que tan susceptible puede estar esa persona y lo que digas pueda lastimarla y salir tu mal librada de todo eso.
10 No critiques con la excusa de las “buena intención”
Criticar daña, y mucho. Repito, si y solo si alguien te pide un consejo respecto a una situación X, tu da tu punto de vista objetivo, aclara que eso sería lo que tu harías y listo.
Criticar a alguien porque no actúa como lo harías tu, va a traerte muchos problemas. A veces el mejor papel que puedes asumir es el de escuchar y consolar; ya con esto te ahorraras muchos problemas.
Lo que tienen a favor las relaciones familiares es que muchas veces puedes reconocer que muchas de esas fallas se cometen por error y no por ello tu familiar es “mala persona”. Ponte en su lugar, ama de manera incondicional y dedícate a ser feliz con los tuyos pues ninguna familia es perfecta.