Principales motivos por los que se pierde la chispa de pareja y cómo solucionarlo
Hace unos días, una pareja llegó a mi consulta porque la chispa entre ellos se estaba perdiendo.
Llevaban ya casi 15 años juntos, se querían muchísimo, pero ella se quejaba de que ya no le brillaban los ojos al pensar en él: “creo que se ha acabado la magia entre nosotros” me dijo.
Lo cierto es que las relaciones de pareja son como una hoguera, hay que avivarla de vez en cuando si no queremos que la llama se apague.
Cuando comenzamos una relación, se nota nuestro brillo en los ojos, la sonrisa tonta a todas horas, estamos distraídos pensando en esa persona especial, nos arreglamos más, nos perfumamos…
Sin embargo, según vamos cogiendo confianza y pasa el tiempo, es fácil dejarse llevar por la rutina, el estrés del día a día, la dejadez … y la llama comienza entonces a apaciguarse lentamente.
Los motivos más habituales por los que se pierde la chispa
Por lo que he podido comprobar en consulta, entre los motivos más habituales están:
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Con el paso del tiempo nos comunicamos menos y cuando lo hacemos, lo hacemos mal.
Al principio de la relación estábamos deseosos de escuchar el punto de vista del otro, de mirar a la cara a nuestra pareja y simplemente nos quedábamos embelesados con este simple acto.
Con la rutina, aquello que tiene que decirnos nuestra pareja nos interesa menos, intuimos la respuesta de nuestra pareja y damos por hecho que será siempre igual o que simplemente no nos interesa, por lo que dejamos de escuchar y atendemos más al ordenador, la tele, el fútbol… mientras nos hablan, es decir, no les prestamos atención.
También no son pocas las ocasiones en las que nos comunicamos utilizando las nuevas tecnologías, creemos que con haber mandado un WhatsApp o publicado algo en Facebook ya está todo dicho, por lo que perdemos detalles importantes del contenido, y olvidamos aspectos tan importantes como la complicidad que se forma al hablar y mirarse a los ojos al mismo tiempo o el tono o la intención con la que se ha dicho el mensaje.
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Exponemos nuestra intimidad o compartimos lo peor de nosotros
También me encuentro con parejas que descuidan los detalles. No hay nada romántico en ver a tu pareja sentada en el baño haciendo sus necesidades, cortándose las uñas de los pies o depilándose los pelos de la nariz, por ejemplo. No quiere esto decir que no puedas hacer estas cosas, simplemente, que no debería ser la imagen que resumiera vuestros ratos libres.
Por cada imagen de este tipo debería haber otras que las compensara y que hicieran brillar tus ojos.
De igual modo, compartimos lo peor de nosotros al pagar los enfados y el estrés del trabajo con nuestra pareja, perder la paciencia y hablar faltando al respeto, esto, sin duda, ayuda a crear conflictos entre pareja y hace que la llama se consuma.
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Olvidamos innovar, y sorprender a nuestra pareja.
La rutina hace que no nos esforcemos en sorprender a nuestra pareja, dejamos de innovar en el sexo, en las salidas y actividades de ocio e incluso en la forma de relacionarnos, parecemos máquinas pre-programadas en las que la improvisación no tiene lugar.
Aunque suene a tópico, el preparar pequeñas sorpresas para nuestra pareja nos ayudará a mantener viva la ilusión. Por ejemplo, enviando flores porque sí, sin que sea una fecha especial, preparando una cena especial, cambiando de fragancia…
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No atendemos a los detalles.
Las pequeñas cosas que al principio eran importantes, pasan a un segundo plano: olvidamos fechas de cumpleaños, aniversarios, nos preocupamos menos por nuestra apariencia física…
Incluso el beso antes de marcharnos o el beso al llegar a casa se olvida o se da sin ningún significado o mensaje especial y sin prestar atención en el mismo, esto es como algo hueco y vacío.
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Olvidamos descansar.
A veces pasamos tantas horas fuera de casa que cuando llegamos estamos exhaustos, más aún sin además tenemos que limpiar la casa y atender a los hijos, las pocas energías que nos quedan se terminan disipando y apenas tenemos tiempo para nosotros o para nuestra relación.
Si apenas tienes tiempo para ti, difícilmente tendrás tiempo para tu pareja.
¿Qué podemos hacer para reanimarnos como pareja?
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Rompe la rutina y sorprende a tu pareja.
Por ejemplo:
Escríbele un mensaje secreto de amor en el espejo del baño que pueda leer gracias al calor del vapor tras ducharse.
Introduce un post it en su bolso o en su bolsillo con un mensaje especial.
Organiza una escapada romántica.
Vístete de forma divertida o erótica para recibir a tu pareja en casa…
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Descansa y deja espacio a tu pareja para que también pueda desconectar y descansar.
Organiza mejor tu agenda para disponer de un rato para descansar o dedicar tiempo a solas con tu pareja.
Cuando estéis más descansados, será más fácil ver la relación desde un enfoque más positivo.
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Refuerza a tu pareja las conductas que realiza y te agradan.
Hazle ver lo mucho que te gusta cómo se ha arreglado, lo que ha realizado de forma extraordinaria ese día, lo mucho que la quieres…
El que alguien sepa apreciar tus esfuerzos siempre ayuda a seguir adelante y sentirse bien, y si encima proviene de tu pareja, mucho mejor.
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Mejora vuestra comunicación y capacidad de escucha.
Acostúmbrate a hacer sobremesa y compartir un ratito charlando cada día con tu pareja.
Si por cualquier motivo estás más exaltado de lo normal, realiza unos ejercicios de relajación, respira profundo o trata de calmarte con antelación, se trata de disfrutar charlando con tu pareja, no de aprovechar para sacar tu mal humor.
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Reíros más juntos.
Algunas de las cosas que más unen son la risa y el sentido del humor, así como el superar grandes catástrofes con otra persona.
Dado que no queremos que sufráis, lo más sencillo es cultivar el sentido del humor y las risas. Recuerda que cuanto más te diviertes con una persona, más ganas tienes de pasar tiempo con ella.
Existen muchos otros más tópicos que pueden apagar la chispa de una relación, así como muchas más acciones que pueden ayudarte a encenderla.
Si sientes que tu relación de pareja está atravesando una situación difícil en la que os estáis distanciando, te recomiendo que pidas ayuda a un profesional de psicología especializado en terapia de pareja pues os mostrará muchas más alternativas adaptadas a vuestras necesidades concretas.
By Ana M Hidalgo