Usted sabe que generalmente, lo que más nos preocupa tocar de esta problemática, es que, hay un alarmante incremento de suicidios en la población de jóvenes en México. Aproximadamente el 30% de los casos se encuentran antes de los 25 años. Uno de cada tres suicidios, se lleva a cabo entre los 10 y 24 años.
El suicido se debe generalmente a trastornos psiquiátricos, generalmente estados de depresión o trastorno bipolar, la gente que utiliza sustancias o que está metida en condiciones de alcoholismo, algunos trastornos de ansiedad, por supuesto, el estrés postraumático que también es cada vez más frecuente de ver en México.
Los jóvenes son más proclives que los adultos a cometer suicidio, generalmente, los hombres por razones hormonales tienden a utilizar métodos más violentos que las mujeres. Los hombres completan el suicidio tres veces más que las mujeres, aunque ellas lo intentan con más frecuencia con métodos menos letales, menos peligrosos, pero ellas tienden hacerlo con más frecuencia.
La letalidad, que es la peligrosidad del método utilizado para llevar a cabo el suicidio, generalmente, cuando se hace con armas, que así lo hacen frecuentemente los hombres, es más eficiente; en cambio, las mujeres tienden a utilizar sustancias como pastillas o veneno, etcétera. Sabemos que las personas que están desempleadas tienen mayor riesgo de esto.
Encontramos más casos de suicidios en ciudades fronterizas donde hay mucha inmigración, por ejemplo en Quintana Roo, donde además la tasa de desempleo es alta.
Una de las cosas más graves que encontramos en este tipo de conducta, es que, la gente a veces no tiene suficiente tiempo para reflexionar sobre esto, generalmente, son objeto de un impulso. Muchas veces los padres se llevan una grave sorpresa de encontrarse un muchacho que se ha suicidado y no encontraron pistas previamente para ello. Eso se debe a que esta impulsividad, sobre todos en los jóvenes, a veces, van unida a otras dos características, una de ellas es el abuso de sustancias y otro la desesperanza. En ese caso se produce una desinhibición con el alcoholismo, y los sujetos llegan a cometer el suicidio intempestivamente.
Los problemas de salud en algunos sujetos, por ejemplo la presencia de enfermedades crónicas como el cáncer o gente que ve posibilidades de morir pronto, que padecen dolores de una manera crónica, y ese tipo de pacientes también tienen un cierto riesgo de llegar al suicidio. También sabemos que existe una cierta tendencia familiar y sabemos que si alguien de la familia se ha suicidado, existen seis veces más de posibilidades que eso suceda con otro miembro, y esto nos ayuda mucho para la prevención, siempre que hay un caso de suicidio los expertos deben de llegar a ese grupo familiar a investigar las causas del suicidio y evitar que eso se repita haciendo un diagnostico o autopsia psicológica de lo que sucedió y llevó a ese sujeto a suicidarse, de esa manera, podemos prevenir ese problema en otros grupos familiares.
Sabemos que la gente que está acompañada, que tiene religiosidad, que tiene matrimonio, tienen mayor protección, y aquellas personas que están solas, viudas, solteras, matrimonios sin hijos, generalmente, son seres más proclives a llegar al suicidio; también aquellas personas que han perdido un ser amado en los últimos tiempos o que se han separado, tienden a tener ese tipo de condición.
Aquellas personas que han sufrido de traumas en la infancia, por ejemplo que han sido abusados agresivamente o sexualmente y que en la adultez tienen alcoholismo o depresión, también tienen una tendencia importante de llevar a cabo ese tipo de condición. Junto con la impulsividad otra experiencia, otro sentimiento muy frecuente de ver en estos sujetos, es la falta de esperanza, no ven una solución para su problema e independientemente de la depresión, la desesperanza es un enorme componente de los comportamientos suicidas. También las personas que tienen acceso a situaciones letales, por ejemplo los médicos, que utilizan ciertas sustancias en su trabajo, que saben que son causantes de muerte en dosis toxicas, podrían utilizarlas e igualmente aquellas personas que tienen armas en sus casas.
¿Cuáles son los factores que podemos proteger para evitar el suicidio? Algunos son: que tenga una familia unida, que la gente tenga compromiso con la vida, por ejemplo una persona que está embarazada, la gente que tiene algún apoyo social de sus amigos o de su religión, entonces, el experto termina de valorar cuales son los factores protectores comparándolos con los factores de riesgo y de esa manera hacer una evaluación. Ya que sabemos que es lo que lleva a la gente al suicidio y qué lo protege, nos tenemos que preguntar: ¿qué tenemos qué hacer? valorar siempre al sujeto sin tener miedo a preguntar: ¿ha estado pensado en hacerse daño? ¿Ha estado pensando en la muerte? entonces, vamos a encontrar sujetos que dicen: “yo quiero morirme” y habrá otros sujetos que digan: “yo quiero matarme”; existe una gran diferencia entre querer morir y querer matarse, entonces, es necesario preguntar ¿Cuál es el plan?, ¿Cómo lo piensa hacer? ¿Por qué va hacerlo? ¿Tiene disponibilidad de objetos letales para llevarlo a cabo? ¿Cuáles son los niveles de desesperanza? ¿Ha habido un fracaso o algún problema ambiental que está propiciando esto? Se nos ha dicho que no debemos dar antidepresivos a los jóvenes porque producen pensamientos suicidas, pero algunos estudios muestran que cuando iba aumentado la prescripción de antidepresivos hasta el año 2003 salió la advertencia de que no se hiciera y entonces en los jóvenes empezó a verse una serie de problemas grandes.
Cuando vino la prohibición empezamos a encontrar que en Holanda subió la tasa de suicidios hasta el 49% y en los Estados Unidos el 14%, puesto que empezó a disminuir la capacidad en los pediatras de poder prescribir estos medicamentos, por lo tanto, no debemos de evitar los antidepresivos.
¿Qué hacer después de un suicidio? Tenemos que hacer una autopsia psicológica, atender a los familiares que han sufrido ese enorme shock de perder alguno de sus familiares, y esto nos va a servir enormemente para hacer prevención y sobre todo hacer un seguimiento puntual de todos estos casos.
Si necesita ayuda o sospecha de algún potencial caso de suicidio, no la piense más, haga una cita enviando un correo a: direccion@psicoterapiamp.com o un mensaje al número (811) 516-5494