Socialmente parece que tener éxito en la vida ha de estar unido a tener una relación de pareja larga y estable, un buen trabajo e hijos. La realidad es que es un camino por el que se puede ser feliz, pero está claro que hay más opciones además de esta. Tener una relación larga con otra persona tiende a dar estabilidad haciendo que sea más fácil conseguir otros objetivos personales en la vida, aun así no todas las personas tienen la capacidad para tener una relación de pareja duradera
El roce diario, la negociación de necesidades individuales, y en concreto, el desgaste diario de la crianza de los hijos, son factores que favorecen el distanciamiento de la pareja y a la larga de la infidelidad. Cuantas más tensiones se acumulan más sencillo es encontrar a alguien nuevo que acepte incondicionalmente cómo es uno. Es fácil comparar lo que se tiene con lo que se podría tener, y por supuesto es más sencillo plantearse la ruptura de pareja si las alternativas que aparecen son gratificantes.
Uno de los retos que habitualmente afrontamos en la vida es el de elegir pareja. Es realmente una tarea complicada y con enormes implicaciones posteriores. Encontrar a una persona con el fin de mantener una relación a largo plazo, a menudo con la intención de que no haya ninguna otra después, se hace difícil porque hay que defender necesidades, hay que hacer renuncias, hay que amoldarse, a veces hay que superar agravios, engaños; no siempre se recibe apoyo incondicional y recíproco por parte del otro, se produce normalmente con el tiempo cierta falta de interés hacía el cuerpo y gustos del otro, etc. Es decir, que si bien al inicio de una relación el deseo de seducir y elegir pareja es muy intenso, la tendencia es a que si no se hace una adecuada transición hacia un tipo de relación con objetivos a largo plazo, ésta se resienta precipitando una ruptura.
No todo el mundo tiene una actitud hacia la relación de pareja que favorezca su duración en el tiempo. A veces la idealización de cómo ha de ser la convivencia, otras veces la dificultad para hacer renuncias, otras la aparición de conflictos durante la convivencia y cierta incapacidad para frenarlos, precipitan las rupturas.
¿Qué aspectos favorecen el inicio de una relación?
Los aspectos que favorecen el inicio de una relación no siempre serán los que den garantías de continuidad. Por ejemplo, una actitud aventurera, la inquietud para emprender nuevos planes y ser capaz de afrontar riesgos, puede ser extremadamente seductor para el inicio de una relación especialmente para una chica, pero no siempre estas características mantienen el mismo valor. Al tener hijos y gastos fijos, se puede generar un deseo de que no haya un accidente, puede ser más importante la ayuda y reparto equitativo de tareas, etc. Al fin y al cabo los objetivos y necesidades que se crean dentro de la relación pueden no tener mucho que ver con los que inicialmente unieron a la pareja. Si en función de los nuevos retos que vayan apareciendo ambas partes son capaces de asumirlos como relevantes y al tiempo se conservan parte de las características que inicialmente les unieron, la probabilidad de continuidad será bastante alta. De no ser así es posible que no haya ruptura pero la relación bajará en calidad y tenderá a favorecer más el conflicto y la insatisfacción de ambos.
Quizás una reflexión interesante es la de que aun cuando lo deseable es que las relaciones comiencen con la ilusión y con la esperanza de que no habrá un final, la realidad es que algunas estadísticas indican que el 50% aproximadamente de las parejas españolas se separa a lo largo de la vida. Así, si queremos realmente elegir pareja duradera, tendremos que elegir bien al compañero/a en función de nuestra forma de ser y deberemos aprender a crear objetivos y negociar necesidades.
Consejos para conseguir una relación de pareja duradera
Hay algunas “recetas” que pueden venir bien a mantener viva en el tiempo la relación de pareja, éstas son: favorecer la comunicación, buscar pequeños momentos a lo largo de la semana para dedicarse el uno al otro, mantener objetivos comunes y también individuales que sirvan como vía de escape al estrés, no hacer renuncias totales por la pareja que puedan generar futuros resentimientos, no olvidarse de reconocer a la pareja lo que hace de forma positiva y que nos gusta, etc. Por supuesto, también es importante no olvidar pequeños detalles románticos o muestras de cariño, a veces no es necesario esperar a San Valentín para tener un detalle con nuestra pareja, ni tampoco es necesario gastarse una gran cantidad de dinero en regalos, muchas veces una simple nota con unas palabras de apoyo ante un día duro es suficiente para que uno se sienta apoyado y querido y siga confiando en el valor de la pareja.